Duermo sobre un cuarteto de cuerda desafinado, pequeño para ser orquesta, ruidoso para ser lecho. Cuando despierto, vivo sobre un colchon de confortable desorden, compuesto de recuerdos, caprichos y objetos condenados al desuso.
Canto silencioso la musica de mi mente evadida en el desarrollo de capacidades nunca expresadas, nunca poseidas.
Imagino vidas que comencé y nunca acabé, repletos de grandes pasiones por chicas imperfectamente perfectas, que amaron imágenes bellas y geniales de alguien que no existe, que no merece.
Tal vez pudiera ser rata, y llamarme Firmin, tal vez no lo consiguiera y solo fuese Grenouille.
Me imaginé siendo Tenorio, Bastián B Bux, Cornelius de Tokland o incluso el extranjero. Lamentablemente un espejo me disparó una imagen de un Poe sin talento, en la habitación de un lobo estepario escrito por Bukowski.
¿Pregunta usted que quién soy en realidad? Si es usted persona seria, formal y ha dejado de leerme, nadie soy. Si me observo un momento, todos ellos. Si de verdad me ha entendido, hablo de usted.
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