Soy una isla de silencio, tristeza y soledad. Hoy es uno de esos días en los que el frio me transpasa y se cobija en mi alma hasta congelarme los pensamientos y dejar que la tristeza me ahogue en un llanto sin lágrimas. El frio se incorpora a mi ser como un miembro más y entonces la soledad, esa soledad que llevo tan adherida a mi mismo despierta y lo inunda todo.
Soy una isla de silencio, un trozo de alma en un oceáno muerto; una isla en donde ya no crece la hierba, ni cantan los pajarillos exóticos. Soy un rincón del mundo condenado a sus propio destierro.
En estos días frios y tristes de invierno cuando el aire se estanca en todos los huecos, cuando el sol a duras penas consigue iluminar pálidos paisajes, cuando el mundo parece no existir, me siento una isla de soledad perdida en un mundo que no me comprende y al que yo, aunque lo intento, tampoco entiendo
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