Algunas personas me preguntan por qué me fui a Londres,
qué sentido tiene esa experiencia,
si acaso no puedo encontrar en España todo cuanto necesito,
o de qué me sirve pasarlo mal lejos de “casa”...
Del mismo modo que algunos británicos me han dicho:
“¿Para qué vienes aquí, pudiendo vivir en España, donde siempre hay sol y fiesta”...
considero que el saldo final arroja una experiencia mucho más positiva que negativa.
Aunque algunos no pueden entenderlo, trataré de explicarlo.
Considero que en la sociedad española hay un excesivo apego a la comodidad y la seguridad,
el joven medio busca un contrato fijo en una empresa (o ser funcionario, que ya es el colmo de la estabilidad),
y de ahí, con tiempo y dinero, dar un salto del hogar familiar a una casa nueva, con sus muebles de Ikea,
su cocina vitrocerámica y su hipoteca a treinta años. Aparte de eso, por supuesto,
es necesario tener un coche,
y poder disfrutar de forma habitual de lujos como música, DVDs, ropa, cenas, fines de semana, etc...
Desde este concepto de la vida resulta inconcebible hacer algo
así como irse a viajar por el mundo con una mano delante y otra detrás.
La única motivación para estas personas para vivir una experiencia similar podría ser aprender inglés,
para luego darle una aplicación útil en su currículum.
Pero para otros en cambio,
la vida es algo más que seguir el camino recto y bien trazado de la seguridad y las comodidades.
Tengo un amigo que se vino a Londres a buscarse la vida.
El caso es que después de un tiempo probando suerte aquí y allá,
acabó trabajando en un banco, y viviendo en una casa estupenda,
pero apenas unos meses después me contaba que está pensando dejarlo todo
para irse a viajar por suramérica durante medio año... Y yo le creo, porque ya lo hizo antes...
Por supuesto, yo le he aconsejado que no haga locuras, que se lo tome con calma,
que aproveche este momento y planee las cosas con paciencia,
pero en cualquier caso sirve de ejemplo de lo que sería la mentalidad opuesta.
Y es que en otros países, en especial en la cultura anglosajona,
es mucho más normal eso que ellos llaman “gap year”, y que a veces puede ser mucho más que un simple año...
De lo que se trata no es de perder la oportunidad de progresar en tu país,
y tirar el tiempo y el dinero viajando a un país peor (los otros países siempre son peores),
para terminar trabajando en el McDonalds... De lo que se trata es de vivir una experiencia,
vivir la vida real, se trata de aprender, de madurar, de abrir tu mente y crecer como persona.
Viajar (pero no como turista) te hace más consciente de muchas cosas que antes no veías,
te vuelves más crítico con la realidad, y también más abierto y tolerante con los demás,
aprendes esas cosas que no pueden ser aprendidas de segunda mano, te quitas el miedo al mundo exterior,
te adaptas al entorno y a los demás, cambias tus valores, aprendes a resolver problemas,
sin duda es una experiencia que te cambia, y a mejor.
La cantidad de experiencias que uno puede vivir en un simple año, tanto buenas como malas,
y la cantidad de gente diferente que puedes conocer, esa es la razón de viajar para mí,
y no el trabajo en el McDonalds o el nivel de inglés en el currículum.
Cuando vuelvo a casa por unas semanas, me encuentro con que todo sigue igual,
nada ha cambiado desde que me fui, pero mi vida es diferente, yo no me he estancado,
y espero poder vivir aún nuevas aventuras. De eso se trata
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