19 de octubre de 2010

Quizá mañana

-Yo, por mi parte, nunca he elegido nada. Simplemente me dejo arrastrar. Pensará usted que estoy loco. O que soy un cobarde. No lo descarto, sin embargo...


-¿Sin embargo?


-Calle, calle. Estoy pensando.


-Piensa usted demasiado.


-Ya me acuerdo... quería decirle que no soy una calculadora.


-Es evidente.


-Actúo. No me queda más remedio. Como a todos.


-Pero hay que mirar al futuro, planificar...


-Cierto, cierto...


-Poner medios para lograr fines.


-Cierto, cierto, lleva usted razón...


-Tiene que madurar. Es inevitable y necesario.


-Lo sé. Sin embargo...


-¿Sin embargo?


-Calle, calle, ¿no ve que estoy pensando?


-Podría hacerlo mientras habla. Así es muy aburrido conversar.


-¿Quiere que me lance al vacío?


-A veces es bueno hacerlo.


-Quizá mañana. Hoy estoy cansado. Me duele la cabeza.


-Bueno...


-Me están empezando a sudar las manos.


-Estás nervioso.


-Siempre lo estoy. No es nada excepcional.


-Hay que solucionar eso.


-Lo siento, me voy a casa. Se está haciendo tarde. Adiós.


-No, espera. Usted era un guerrero, no se convierta en avestruz.


-No hay nada estable. Nada permanente.


-Aunque le cueste, hay que asumirlo.


-Usted no comprende las dimensiones de lo que le digo...


-Sí que comprendo. Usted es el que no comprende. Hay que dar un salto. Y decidirse. Y actuar en consecuencia. Y dejar de maldecirse. No sea ridículo.


-(a punto de llorar)


-Vamos, vamos...todo tiene solución.


-Con las ilusiones que se fabrica usted, no me extraña que viva tan despreocupado.


-Hay ilusiones que son vitales...


-Le envidio.


-Uffff


-¿Por qué resopla?


-Va a acabar mal.


-Voy a acabar como me de la gana. Qué sabrá usted. Valiente imbécil.


-Oiga, sólo trato de ayudarle.


-Tiene razón. Discúlpeme.


-Si quiere damos un paseo...


-No. Quizá mañana....

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