25 de octubre de 2010

Memoria

Y de repente, la memoria se te atraganta, notas un pinchazo en alguna vértebra, una sacudida en el estómago, los nudos que atan el recuerdo se desatan...pero ya nada duele, no duele porque ya dolió lo que tuvo que doler, porque ya se curó, y esas heridas ya no pueden abrirse, ya no sangran...




Quizás las cosas que duelen nunca se superan del todo pero sabes que es un libro ya escrito que coge polvo en la estantería de tu vida, en un cuento sin final con perdices, y los cuentos modernos nunca acaban bien... Ya no hay suspiros de lo que se fue y no quisiste que se fuera y que por no haber, no queda ni siquiera la nostalgia..




Cerrar puertas, terminar libros, curar heridas...para abrir otras puertas, narrar otros cuentos, ser feliz sin comer perdices...¿Quién lo sabe?




Enciendes la luz, coges el agua, te das cuenta de que todo vuelve a ser real, volviendo a tu vida, guardando esos recuerdos hasta la próxima vez que vuelvas a encender la luz...

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