28 de junio de 2010

Obsesion

Relajando un poco los términos psicológicos, todos tenemos un lado obsesivo-compulsivo que nos lleva a hacer cosas que algún otro consideraría que son demasiado. Especialmente si desarrollamos mucho nuestro lado lógico, por ejemplo hablando mucho tiempo con la computadora (en otras palabras, programando). En muchos casos estos comportamientos peculiares pasan desapercibidos porque nosotros así lo queremos, pero dentro nuestro sabemos lo freak que somos por hacerlo. Para reírnos y sorprendernos de nosotros mismos, estas son algunas de estas anécdotas.






  • Imposible no cerrar todo cajón o puerta a medio abrir


  • Debatirse sobre el orden correcto al bañarse/lavarse la cabeza


  • Colgar la toalla del baño super derecha y sin arrugas.


  • Sentirnos vacíos si vamos a un lugar y no podemos/olvidamos hacer un check-in.


  • El típico juego del obsesivo: evitar pisar las líneas entre las baldosas.






    • Guardar la ropa en pilas con órdenes específicos (tamaño, color, y en el peor de los casos, alfabético).
    • Tener ganchos negros y blancos para colgar específicamente la ropa de esos colores. 





    • Guardar los boletos de transporte público luego del viaje “por si acaso” (o por ser capicúas).
    • Ponernos felices cuando las cosas suman números redondos o geeks (64, 128, 256, etc).
    • Al subir escaleras, contar los escalones sin un buen motivo.
    • Preparar un plan en caso de pandemia o invasión (en el peor de los casos, de zombies).
    • Alinear constantemente nuestro teclado y alfombrilla de ratón.
    • Limpiar el teclado, sinónimo universal de la procrastinación o tiempo de sobra.
    • Cubrir cada cable visible de nuestra computadora y demás equipos (puntos extra si son dentro del aprato, donde nadie los ve).
    • Pensar con qué pie queremos pisar el suelo al bajar una escalera.
    • Contar los pisos mientras usamos el elevador.
    • Preocuparse minuciosamente por la eficiencia del camino que elegimos para caminar de un punto a otro.


    Expongo algunas de estas excentricidades para mostrar que no estamos solos en nuestra locura, y estén o no en la lista, muchas de las cosas que hacemos y no parecen tener sentido forman parte de nosotros y no deben ser reprimidas. En todo caso, son excelentes puntos para ser introspectivos y analizar el porqué de nuestros actos. Quizás nos sorprendamos en encontrar una explicación más profunda en esas pequeñas locuras que realizamos a diario.

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