He dado la vuelta al mundo en menos de 80 días. Una circunferencia llena de experiencias, un giro sobre mí mismo. Y esta vez...casi sin marearme.
Miro hacia atrás y puedo ver las huellas de mis pasos marcadas sobre el pasado. Dibujan una línea, casi recta, aunque tambien aparecen desvíos y callejones sin salida. Y es que no nací para ser lago, sino río. Y es que no nací para ser plaza, sino camino permanente.
Tengo tantas combinaciones distintas que la ruleta se ha mareado. Tantas cosas por hacer y tan poco tiempo. Tanto mundo por descubrir y los cordones de los zapatos todavía sin atar. Tanta vida y tantas contraindicaciones.
Demasiadas cosas aplazadas en favor del miedo a todo: a no hacer lo correcto, a fracasar, a defraudar, a ser egoístas, a no poder, a no saber, a caernos, a equivocarnos, a rompernos...
Porque hay tantas cosas que haría, que habría hecho, si el miedo no condicionara mis pasos..
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