-¿Quieres apostar?
-¿Para qué?
-Para hacer el juego más emocionante.
-¿Y para que jugar si ya se sabe de antemano que se va a perder?
-¿Qué tal por el placer de jugar? Por la emoción de probar, de divertirse, de demostrar que no te rindes a la primera de cambio...
-No me parecen razones de peso suficientes para perder el tiempo.
-Creo que tienes problemas de perspectiva. Además, ¿acaso tienes algo mejor que hacer?
-Supongo que no.
-Tu error está en ver la vida como una partida perdida contra la muerte y no como la oportunidad privilegiada que es. Tarde o temprano todos alcanzaremos la misma meta, la diferencia está en cómo saboreamos mientras tanto el recorrido. ¿Qué tienes que perder?
sí, señor!!! Me gusta!
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