20 de noviembre de 2009

Regalo

Para mí, el gran regalo de la vida, no es nada material.No es ningún lujoso vehículo, ni una brillante joya, ni tan siquiera un maletín lleno de billetes a rebosar.Es mirar a una persona alegre y optimista, llena de positivismo, y verla llena de esperanza ilusionada. Mirar el fondo de sus ojos con un brillo de perplejidad, un brillo que está más allá de la alegría y la satisfacción. El brillo inocente del asombro, sin juicios ni perjuicios. Y, sin hallar una respuesta, esa persona se convierte, de repente, en alguien especial. Es como si acabaras de hacer un gran descubrimiento. Y esa entrega pura, instantánea, de la mente, el cuerpo y el espíritu, a través de la mirada, es el gran regalo de la vida.

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