3 de noviembre de 2010

Dias

Hay días que despierto como si tuviera un nudo en el estómago. Una angustia que invade mi cuerpo y mis sentidos sin remedio alguno. Como una suma de sensaciones desordenadas y dispersas que se apoderan de uno muy lentamente hasta dejarme inmóvil sobre la cama.

Levantarse supone un esfuerzo sobrehumano, como cargar con kilos y kilos de desesperación y tristeza. Arrastrarse entre las sábanas sin apenas fuerza y tener la sensación de estar derrotados, sometidos a un diágnostico lleno de suposiciones nada favorables que nos hacen sentirnos condenados aún.

Entre los gigantescos silencios de la oscuridad de esta habitación sobrevuelan puñales, voces que sentencian, frases lapidarias que hacen palpitar las paredes y los átomos de cada milímetro de mi piel. Sabores amargos, rugidos de almas y una fuerte sensación de contradicciones repletas de culpas ajenas que nos impiden respirar. Sombras que intentan atraparnos y hacernos sentir completamente insignificantes. Nuestras propias almas gritan desesperadamente tratando de huir muy lejos, en algún vacío donde nada ni nadie pueda alcanzarnos.

Hay días que cuesta luchar contra la nada, esa masa deforme llena de aullidos y risas que tanto le gusta alardear de su gran poder destructivo sobre nuestro sentido común.

Hay días que el desconcierto se apodera de nosotros al no poder distinguir la realidad entre las sombras.

Hay días que resulta imposible borrar la sensación de ser minúsculos, casi transparentes, tan pequeños como par ser invisibles, como para pasar desapercibidos del resto del mundo.

Hay días que uno desea gritar contra todo, sacar el orgullo para decir "¡¡Basta, hasta aquí hemos llegado!!" Y evitar que se abran las puertas de viejos fantasmas que tantas luchas hemos tenido para eliminarlos de nuestras vidas. Pero siguen estando ahí....

Hay días que queremos ser mucho más fuertes y que las circunstancias no nos hieran tanto, que paren de sangrar nuestras heridas y no nos dejen en un mar de dudas...

Hay días en que personas que me importan también lo sufren, lo sienten como propio.


Hay días como hoy que me da rabia ser consciente de que la vida no es justa, ni lo será...

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