5 de abril de 2010

No tengo sexo en mi primera cita

Definitivamente soy un anciano estúpido chapado tremendamente a la antigua. Leo que más de la mitad de mujeres (menores de 20 y mayores de 40) tienen sexo en su primera cita. Yo sólo suelo quedar con las que tienen entre 21 y 39 (por si alguien tiene aguna duda).

Además, por alguna razón profundamente absurda, soy de esos que piensan que, tal y como decía E. Fromm "El sexo sin amor sólo alivia el abismo que existe entre dos seres humanos de forma momentánea". Soy así de tonto o simplemente lo que sucede es que después de despertarte 5 días seguidos en 5 camas diferentes aprendí que la sensación de soledad que te arropa es profundamente gris.

O simplemente que para satisfacer la salud sexual he perfeccionado la masturbación hasta límites insospechados (sin llegar a ningún exceso, porque soy un tipo tradicional).

En la peliculilla "500 días juntos" el protagonista se sorprende al encontrar ante sí esa nueva concepción de las relaciones de la que hacen gala algunas mujeres. Se sorprende al descubrir que esa chica no se ha acostado con él por amor o por una búsqueda especial de alguien que la acompañe a lo largo de su envejecimiento sino que simplemente le ha utilizado como una pequeña máquina articulada sexual.



Y duele, lo digo por experiencia, encontrarte siendo el tipo que se folla ella al llegar a la ciudad cuando no eres capaz de admitir que has cogido cariño a sus besos.

Dice el artículo que los hombres siguen diferenciando con claridad nítida el sexo del amor romántico y sin embargo las mujeres dejan que pasen las cosas y se plantean que si mañana les apetece quizá volverán a llamar para descubrir si acaso eso se repite durante un largo periodo de tiempo que pueda convertir aquello en una relación.

No creo en esa verdad aunque ya he dicho que mis parejas están justamente en la franja a la que no se refiere la noticia. Tampoco soy de los que se acuestan en la primera cita, salvo algún caso absolutamente excepcional, porque también creo que follar como un intercambio de fluídos es un acto animal (que no suele salir bien la primera vez con alguien) que no me aporta nada porque creo que ya lo hice demasiadas veces y encontré que me pone mucho más verla a mi lado por la mañana que cabalgando sobre mi falo erecto tras unas copas a horas intempestivas.

Mi comportamiento como lo que llaman ahora sexualmente ser "una mujer liberada, moderna y actual" terminó con mi adolescencia. Mis amigos y amigas más casquivanas dejaron de saltar de cama en cama casi por los mismos motivos que yo. Muchas de las personas que sabemos que el sexo ocasional y sin compromiso es parte del juego hormonal de los adolescentes descubrimos en algún momento que no nos aportaba nada aunque nos sigue gustando que nos follen pero somos tan tontos que si no notamos ese calorcillo que te dan los mimos preferimos irnos a casa.

Será, y me voy a arrepentir de escribir esto, que prefiero que me quieran a que me follen porque es mucho más dificil querer que llevar a una mujer al orgasmo.


Extraido de Maldiaparadejardefumar

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