27 de febrero de 2010

Seguir

Cada vez tengo más conciencia de que el tiempo va pasando, de que mundo no se detiene por nadie ni para nadie... hasta que un día... mueres. Es sólo entonces cuando, por fin, ya todo ha terminado. Dejas de llorar, dejas de sufrir, dejas de preocuparte, dejas de ponerte histérico, dejas de gritar, dejas de cabrearte, de molestarte... pero, también, dejas de buscar tus objetivos, porque no te queda más remedio que aceptar tu muerte tal y como te ha llegado.

Por eso, mientras tengamos tiempo, sigamos llorando, sigamos sufriendo, sigamos preocupándonos, sigamos poniéndonos histéricos, sigamos gritando, cabreándonos, molestándonos... porque, sólo así, tendremos constancia de que estamos vivos.

1 comentario: