18 de enero de 2010

Cruzando la puerta

Muchas veces nos sentimos tan bien en el mundo que nos hemos creado que nos da pavor salir afuera.



Ese mundo puede ser un trabajo, una actitud, una ciudad o incluso todas juntas haciéndote sentir la cabeza del mundo. Hay días en los que, después de atravesar la puerta, deseas volver a tu cama para quedarte quieto bajo las sábanas. El problema es que todas esas cosas que no conoces, que no controlas, que no eres capaz de entender con significado exacto, te asustan. Y te duele la cabeza.

Pero hay toda una vida afuera, hasta en mundos ya explorados.
Gran video

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