14 de mayo de 2010

Humanidad

A menudo me sorprendo pensando en que la insignificancia del ser humano viene acompañado de una grandeza de la que muchos no se percatan. En esos momentos todo lo que hay a mi alrededor me sorprende. Soy incapaz de visualizar mi entorno como algo normal. Unas gafas, una mesa, un armario, una camara, un bolígrafo, un peluche, un libro.

Parece normal. Pero no lo es. Para nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario