Yo quisiera saber cual es el afán de los humanos en tener una vida perfecta, no digo que vivir lo mejor que se pueda esté mal, pero todos sabemos que perfecto nunca será y aun así seguimos sufriendo por eso. La pareja ideal, los hijos anhelados, la casa diseñada por ti, el coche del año, una oficina con vista panorámica, amigos incondicionales, la suegra más dulce, un profesional exitoso, en fin, éstas son sólo algunas de las cosas que simbolizan una vida ideal, por lo que quisiera saber si hay alguien que tenga todo esto antes nombrado, y si es que existe me daría una profunda lastima por esa persona, pues su vida debe ser la cosa más L…(Sinónimo de aburrida) del mundo.
Observando las relaciones humanas esto se convierte en una gran ironía, tanto hombres como mujeres sufrimos cuando el amor de nuestras vidas comete un errorcito y por eso lloramos, nos alcoholizamos, nos encerramos, pero si todo resulta tal y como lo deseamos terminamos por aburrirnos, por lo que buscamos vivir cosas nuevas con nuestra pareja, tratamos de innovar, de experimentar, es decir, salir de esa pena que nos mata por dentro pero que nuestros principios no nos permiten dejar ir.
Igual ocurre en nuestros trabajos, imaginen días enteros sentados en su oficina sin nada que hacer, claro, unos pocos días resultan maravillosos, ¿pero después? Cuando ya tengan meses en lo mismo, sin problemas que resolver, sin llamadas que hacer, sólo con un asiento que calentar y un sueldo por cobrar casi sin merecerlo, bueno, justo ahí es cuando todo se nos viene abajo.
Señores, lo que quiero decir hoy, es que lo malo le da sabor a nuestra vidas. Existir sin problemas, sin cachos, sin errores, sin sudor, sin lagrimas, sin ulceras sería perfecto y lo perfecto es imperfecto por consecuencia, una pareja que parezcan muñequitos de torta no sirve, un trabajo en donde no se trabaje es incoherente. Vivan y acepten los dolores que traiga la vida misma, y recuerden que sin sufrimiento todo sería aburrido.
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