23 de octubre de 2015

individualidad

También espero haberte dejado claro que la individualidad es algo por completo distinto al individualismo; de hecho, es importante percatarse de que tienen una relación inversa: cuanto más débil es nuestra individualidad (o indivisibilidad) y presencia, mayor es la tendencia al individualismo. Cuanto más débil es tu “yo”, más grande necesitas tu egocentrismo. Cuando estás más adecuadamente en contacto contigo, con tu esencia, básicamente completo y seguro por ti mismo, es cuando puedes conectar de manera sana y adecuada con los demás, sin miedos, ni exigencias, ni envidias, ni posesividad, ni dependencias más allá de lo que como seres sociales estamos naturalmente programados para tener. Entonces es cuando en verdad puede haber amor, unificación, y no el sucedáneo de apego y necesidad excesivos al que solemos llamar amor, y que más bien es un “capricho superlativo”

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