26 de mayo de 2010

Primavera

¿Os he contado alguna vez lo mucho que me gusta la primavera?
Pues ya lo sabéis.
A pesar de que estos últimos días apenas he podido disfrutarla.

Pasear por las calles soleadas, resguardadas por las sombras de árboles cubiertos totalmente de hojas verdes que se mueven suavemente por el aire. No hace calor y puedes pasear tranquilamente con una chaqueta. Y aunque suene a pijotada, qué queréis que os diga, no sólo ese airecito y esos árboles y jardines verdes me reconfortan, sino también los pajaritos que se escuchan cuando la calle se queda tranquila.
A veces me quedo parado, creyendo imposible que esa paz pueda ser posible. Lo único que me hace dudar de ello es la propia ciudad y mis estornudos primaverales. Entonces me olvido de todo, me concentro en el sonido de la naturaleza y miro al cielo que, normalmente azul con ese tono tan intenso y particular que tiene, salpicado de nubes, me hace sentir tan tranquilo y por un momento, permite que mi mente deje pensar en las tensiones diarias.

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