Mauricio:-¿Es lo que querés?
Abel:-Sí, sí.
Mauricio:-Mirá el suelo.
Abel:-Ajá.
Mauricio:-Hacé un círculo, entrá en él y pedí que cambie el corazón de las personas, comenzando por aquellas que estén dentro del círculo.
Abel:-¿Sólo yo?
Mauricio:-Alguien tiene que comenzar, ¿porqué no tú?
No hay comentarios:
Publicar un comentario