La droga se ha desintoxicado de mi. Me han drenado la sangre de las venas y voy como un zombie de aqui para allá. En un principio pensé que ese era el sueño de todo chico, ser un muerto viviente putrefacto y despellejado. Pero después de tratar con satán cara a cara he visto que no era para tanto. Que no es tan rojo, ni tan malvado. Que el mal te atrae hasta limites que ni imaginas, pero cuando la lujuria y la sed de sangre dejan de poseerte...
Tampoco es para tanto.
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